Llega un deslumbrante y épico debut que narra la increíble y azarosa vida de una mujer mientras viaja por el mundo tratando de evadir una misteriosa maldición que la destruirá si deja de moverse.

París, 1885:

Aubry Tourvel, una pequeña de nueve años, encuentra un rompecabezas esférico de madera mientras vuelve de la escuela. Lo arroja por el patio, pero esa misma tarde vuelve a aparecer dentro de su mochila. Días después, mientras cena con su familia, empieza a desangrarse.

Cuando el tratamiento médico solo empeora su situación, huye a las afueras de la ciudad, donde descubre que lo que la mantiene con vida es el movimiento. De este modo, empieza a escapar de su propia enfermedad, y emprende un viaje de por vida que no le permite quedarse en ningún lugar durante más de unos días, ni regresar a un sitio donde ya haya estado.

Desde las cálidas dunas del mar de arena Calanshio hasta las cumbres nevadas del Himalaya; desde un pozo sin fondo en un patio parisino, hasta los estantes de una biblioteca subterránea, Aubry aprende lo que se necesita para sobrevivir y, a la larga, para vivir de verdad.

Pero cuanto más deambula y más se desespera por compartir su vida con el resto, más claro le resulta que el mundo por el que ella viaja puede no ser exactamente el mismo que el de los demás...

Aubry Tourvel, sumamente independiente y optimista pero llena de nostalgia, es un personaje inolvidable que se abre paso a través de un mundo de maravillas para encontrar un lugar al que pueda llamar «hogar». Un paseo hasta el fin del mundo es una historia cautivadora e inspiradora sobre cómo descubrir el significado de una vida que de otro modo parece imposible. Una historia que nos recuerda que no es el destino, sino más bien el viaje, sin importar cuánto dure, lo que nos convierte en quienes somos.

«Los lectores de La vida invisible de Addie LaRue de V.E. Schwab y de La vida de Pi de Yann Martel se enamorarán de Aubry. El debut de Westerbeke está altamente recomendado a cualquiera que disfrute de los viajes vistos desde fuera y las historias que se abren a cualquier experiencia, incluso las tristes». Library Journal, reseña destacada

«Una aventura divertida y salvaje, un relato emotivo sobre las relaciones y la interconectividad y un viaje convincente de autodescubrimiento. Un paseo hasta el fin del mundo es completamente absorbente, con un mundo (mundos) en que perderse... Cada lector encontrará algo que amar». Shelf Awareness

¿Qué es realmente más merecedor de atención y digno de elogio? ¿El acto de un artista en el centro de atención, o la bondad silenciosa de personas anónimas?

Cuando la artista de fama mundial Hanna Stiltje presenta su última obra de arte en el Moderna Museet de Estocolmo, los murmullos de decepción no tardan en recorrer la sala. En lugar de las exquisitas pinturas o estatuas por las que se hizo conocida, Hanna muestra al público una cajonera fabricada con partes de objetos usados, de colores, formas y materiales variopintos. Pero no son restos cualesquiera.

Pieza a pieza, la historia tras esos escombros se va revelando, dejando al descubierto traiciones de padres a sus hijos y la ceguera de las instituciones destinadas a proteger a los menores.

Pero, por encima de todo, desvela una historia sobre la valentía de no cerrar los ojos frente a la miseria; sobre una fuerza, la del amor, más poderosa que los propios lazos de sangre; y sobre cómo debemos celebrar el coraje necesario para marcar la diferencia en la vida de alguien.

Sofía Lundberg vuelve a deslumbrarnos con su gran destreza para plantear preguntas y despertar emociones que dejan huella en los lectores.

«Los recuerdos», me dijo una vez, «por pequeños e insignificantes que parezcan, son las páginas que nos definen».

El mundo de la joven Elly está formado por aquellos que lo habitan: sus cariñosos pero distraídos padres; su mejor amiga, que huele a patatas fritas y conoce palabras exóticas; un entrañable dandi; una imitadora de Shirley Bassey que la sigue de cerca, y por último, por supuesto, un conejo llamado Dios. Pero en una infancia salpicada por momentos tanto ordinarios como extraordinarios, la constante de Elly es su hermano Joe.

Veinte años más tarde, Elly y Joe ya son adultos y siguen estando tan unidos como siempre. Hasta que, en una soleada mañana, un suceso tan aterrador como inolvidable amenaza con destruir su vínculo para siempre.

A lo largo de cuatro décadas y moviéndose entre las afueras de Essex, la costa de Cornualles y las calles de Nueva York, Cuando Dios era un conejo trata sobre la infancia, la excentricidad, el lado oscuro del amor y el sexo, el poder de los lazos familiares, la pérdida y la vida. Pero es, por encima de todo, una historia sobre el amor en todas sus formas.

«Ningún resumen de la trama le puede hacer justicia a este relato maravillosamente sabio y convincente sobre el amor y la amistad en todas sus formas, sobre la familia separada de los lazos biológicos y sobre las pérdidas peores que la muerte. Una primera novela extraordinaria, digna de saborear». —Booklist

«La novela debut de Winman cuenta con una de las familias más encantadoras e inusuales del momento. Un relato narrado con frescura sobre crecer y vivir en el mundo, escrito por una autora con un futuro brillante». —Kirkus Reviews

«Winman muestra un alcance y una visión impresionantes al romper el silenciado molde coming of age; la intensidad de su prosa atraerá a lectores a quienes les guste un poco de melancolía». —Publishers Weekly

«Llovía cuando llegué a la casa. Las paredes de mi habitación estaban cubiertas de fotos de gatos con marcos elegantes, justo debajo del techo».

Cuando su madre emigra a China por motivos de trabajo, Chizu, una joven de veinte años, se muda con Ginko, una pariente lejana y excéntrica de setenta y uno. Se instala en una habitación de su destartalada casa de Tokio, donde la acompañan los dos gatos que habitan allí y el traqueteo persistente de los trenes que pasan en las inmediaciones.

Viviendo en una simetría imperfecta, ambas establecen una alianza incómoda, que se verá puesta a prueba por los momentos de rencor juvenil de Chizu. A lo largo de las cuatro estaciones, la joven navegará por una serie de tediosos trabajos a tiempo parcial y de relaciones insatisfactorias, hasta encontrar su lugar, y descubrirá que su soledad también encierra una gran sensación de independencia.

Con momentos de humor y una visión aguda para los detalles conmovedores, Aoyama narra el doloroso proceso de liberarse de las ataduras de la juventud a través de este análisis, minucioso y emotivo, de la soledad y el desamor.

«Llovía cuando llegué a la casa. Las paredes de mi habitación estaban cubiertas de fotos de gatos con marcos elegantes, justo debajo del techo».

Cuando su madre emigra a China por motivos de trabajo, Chizu, una joven de veinte años, se muda con Ginko, una pariente lejana y excéntrica de setenta y uno. Se instala en una habitación de su destartalada casa de Tokio, donde la acompañan los dos gatos que habitan allí y el traqueteo persistente de los trenes que pasan en las inmediaciones.

Viviendo en una simetría imperfecta, ambas establecen una alianza incómoda, que se verá puesta a prueba por los momentos de rencor juvenil de Chizu. A lo largo de las cuatro estaciones, la joven navegará por una serie de tediosos trabajos a tiempo parcial y de relaciones insatisfactorias, hasta encontrar su lugar, y descubrirá que su soledad también encierra una gran sensación de independencia.

Con momentos de humor y una visión aguda para los detalles conmovedores, Aoyama narra el doloroso proceso de liberarse de las ataduras de la juventud a través de este análisis, minucioso y emotivo, de la soledad y el desamor.

Una historia cautivadora sobre complicidad, deseo y corrupción de la autora best seller de El encuadernador... Una novela en la que perderse.

HENRY SUEÑA CON EL SILENCIO.

Con un mundo sin el traqueteo de los carruajes en las calles adoquinadas, sin los gritos distantes de las peleas de borrachos, sin el incesante tictac del reloj. Entonces conoce a un misterioso y fascinante caballero que vende justo eso: una valiosa seda capaz de ahogar el clamor del mundo... y todo aquello de lo que Henry está desesperado por escapar.

Cuando solicitan su presencia en la aislada fábrica del señor Edward para que intente curar la sordera de su pequeña hija, Henry se ve arrastrado a los profundos orígenes de este obsequio sobrenatural, que ha viajado desde la antigua floresta mediterránea a las bibliotecas inglesas. Ignorando las repetidas advertencias de la reservada institutriz de la niña, se permite caer en el embrujo del señor Edward y de su seda. Pero cuando descubra cuál es su verdadero coste, ¿será demasiado tarde para dar marcha atrás?

«Me ha encantado. Una novela delicadamente hilada con una premisa absolutamente original que me ha atrapado desde la primera página». EMILIA HART, autora de Las mujeres Weyward